Cómo el color de la madera afecta al apetito y la percepción del sabor

Cuando un cliente entra en vuestro local, su experiencia comienza mucho antes de que pruebe la comida. El ambiente, la iluminación y, por supuesto, el mobiliario, envían señales al cerebro que influyen directamente en cómo percibe el espacio, y esto, increíblemente, puede afectar a su apetito y al sabor de lo que consume. 

En este juego de sensaciones, el color de la madera juega un papel protagonista, actuando como un factor psicológico que puede convertir una buena comida en una experiencia memorable.

La psicología del color en vuestro local 

La ciencia del color nos dice que las tonalidades que nos rodean desencadenan respuestas emocionales. Los colores cálidos como el rojo, el naranja y el amarillo tienden a estimular y a generar energía, mientras que los colores fríos como el azul o el verde son relajantes. 

En la hostelería, los expertos en psicología del color lo tienen claro: los tonos que recuerdan a la tierra y al fuego, asociados a la calidez, suelen ser los que más nos abren el apetito.

Maderas cálidas: El secreto para un ambiente apetitoso 

Las maderas con tonos oscuros y cálidos, como el roble o el cerezo, crean una atmósfera de intimidad y sofisticación. Estos colores, que evocan la calidez de un hogar o el interior de una bodega, son perfectos para restaurantes y gastrobares de cocina de autor.

  • Apetito y percepción: Los tonos de la madera que son similares a la comida (el marrón de la tierra, el color de la miel, el rojo del vino) hacen que el cerebro anticipe un sabor rico y profundo. Ver un plato servido sobre una mesa de roble macizo puede hacer que la experiencia se sienta más auténtica y el sabor más intenso, un efecto psicológico que justifica su uso en la alta cocina.
  • Confort y relajación: El mobiliario de madera con acabados en tonos cálidos invita a los clientes a quedarse más tiempo y a disfrutar de la conversación y la comida de forma relajada. Este ambiente íntimo fomenta una experiencia más lenta y consciente, lo que influye positivamente en el disfrute del plato.

El contraste con las maderas claras 

Por supuesto, no todos los locales buscan la misma atmósfera. Las maderas claras como el pino o el fresno también tienen su lugar en la psicología del diseño de hostelería. Su luminosidad y su tono neutro se asocian a:

  • Frescura y ligereza: Son ideales para cafeterías, pastelerías o locales con un concepto más healthy y fresco. Transmiten una sensación de limpieza, modernidad y sencillez.
  • Rapidez: En un local donde el flujo de clientes es rápido, el diseño con maderas claras puede ser una buena opción, ya que su estética luminosa es menos propensa a invitar a una sobremesa larga, optimizando la rotación de mesas.

El color de la madera es una herramienta de diseño poderosa que va más allá de la estética. Elegir los tonos adecuados es un acto estratégico que puede mejorar la percepción de la comida, fomentar el apetito y crear una atmósfera que se alinea perfectamente con la experiencia que queréis ofrecer a vuestros clientes.


¿Qué emociones queréis evocar en vuestro local? 

En Madere, trabajamos con una amplia gama de maderas y acabados para encontrar la tonalidad perfecta que cuente la historia de vuestra marca.

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