En hostelería y otros espacios comerciales, el suelo se friega varias veces al día, y eso afecta directamente a las patas de los muebles, especialmente si son de madera.
Aunque muchas veces se piensa solo en la superficie o el diseño general del mobiliario, la zona más cercana al suelo es la que sufre más: contacto con agua, químicos de limpieza, golpes accidentales con trapeadores o máquinas.
Si no se tratan correctamente, las patas de madera pueden hincharse, agrietarse o deteriorarse en poco tiempo.
Aquí te explicamos cómo protegerlas eficazmente sin alterar la estética de tus muebles.
💧 Identifica el riesgo: agua + abrasivos
El problema no es solo el agua. Lo verdaderamente agresivo es:
- El contacto prolongado con humedad que no se seca bien.
- Los químicos de limpieza: lejía, desinfectantes, detergentes concentrados.
- Los golpes constantes con utensilios de limpieza o tránsito.
Las patas de madera absorben esta agresión y pueden deteriorarse incluso si el resto del mueble sigue en buen estado.
🛡️ Elige un tratamiento específico para zonas bajas
Las patas de los muebles pueden tratarse de forma diferente al resto del mueble. Algunas opciones:
- Barnices marinos: muy resistentes a la humedad, crean una capa protectora.
- Aceites de alta penetración: como el aceite de teca o tung, que hidratan y repelen agua.
- Lasures al agua para exteriores: transpirables, pero resistentes al lavado frecuente.
Se recomienda aplicar al menos dos capas y dejar secar completamente antes de usar los muebles.
⚙️ Añade protección mecánica sin afectar el diseño
Además del acabado, puedes proteger las patas físicamente con soluciones casi invisibles:
- Tacos de goma o plástico: elevan ligeramente la pata y evitan el contacto directo con el suelo mojado.
- Fundas transparentes de silicona o protectores deslizantes: ayudan en superficies resbalosas y repelen la humedad.
- Topes o bases metálicas discretas: en mobiliario más industrial o de alto tráfico.
Estas soluciones pueden adaptarse al estilo del mueble sin afectar su estética.
🔄 Rutina de mantenimiento y revisión
La mejor protección es la preventiva. Crea una rutina que incluya:
- Inspección semanal de las patas para detectar señales de humedad o desgaste.
- Secado inmediato del área tras el fregado.
- Reaplicación del tratamiento (barniz o aceite) cada 6 a 12 meses, según uso.
- Evitar acumulación de agua bajo los muebles: ajustar el protocolo de limpieza si es necesario.
Formar al personal de limpieza sobre el cuidado del mobiliario también es una inversión inteligente.
🪵 Diseños pensados para resistir
En espacios donde el fregado constante es inevitable, conviene elegir muebles pensados para esa realidad:
- Patas cónicas o con terminaciones redondeadas que no acumulen agua.
- Diseños con zócalos elevados o madera tratada en toda su extensión.
- Combinaciones de madera y metal que refuercen la estructura inferior.
En Madere.es, por ejemplo, los diseños pueden personalizarse para integrar estas soluciones sin perder estilo.
Las patas de los muebles son una zona vulnerable que no debe ignorarse en el diseño, selección y mantenimiento del mobiliario comercial.
Con un tratamiento adecuado, materiales resistentes y algunas soluciones de protección inteligente, puedes garantizar su durabilidad incluso frente al fregado diario, sin comprometer la estética ni la funcionalidad.
En Madere.es, fabricamos muebles de madera pensados para el uso real: intensivo, exigente y duradero.
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